La Infancia Misionera es una obra educativa cristiana fundada en 1843, por Monseñor Forbin Janson, con la finalidad de aprovechar la fuerza misionera de la niñez, logrando que los niños se identifiquen con Jesús, lo amen, lo quieran seguir y lo tengan como modelo en su vida.
Un niño Misionero:
1- Mira a todos los hombres con ojos de hermano.
2- Conoce a Jesús, ama como Jesús, no se avergüenza de hablar de Jesús.
3- Reza todos los días a su Padre Dios por sus hermanos, los niños de todo el mundo, y quiere que conozcan a su Madre, la Virgen.
4- Siempre dice ¡gracias!
5- Goza de poder dar, y de que los otros también puedan gozar al darle a él.
6- Está alegre en el servicio.
7- Sabe que su persona es más necesaria que su dinero.
8- Es generoso aunque le cueste.
9- Busca soluciones y las encuentra.
10- Siempre piensa en «nosotros».
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